Hace cuarenta y ocho años nació uno de los mayores genios de la animación japonesa, Satoshi Kon, que falleció el 24 de agosto del año pasado a causa de un cáncer de páncreas, enfermedad que se llevó por delante hace unos escasos días al gurú tecnológico Steve Jobs y que sufrió este mismo año, aunque con final feliz, unos de mis allegados. Kon dejó tras de si un proyecto sin finalizar, el largometraje Yume Miru Kikai, el cual tardaremos en ver completado, si es que sus compañeros y amigos consiguen terminarlo algún día.