Primeras impresiones: Natsume Yūjin-chō San

Natsume Yûjinchô San es la tercera temporada del manga Natsume Yûjinchô de Yuki Midorikawa. Al igual que las dos primeras está producida por Brains Base y la dirige el mejor director del estudio, Takahiro Omori, responsable de animes como Koi KazeJigoku Shôjo o Baccano!.

Su protagonista es Takashi Natsume, un joven huérfano que posee la habilidad innata de ver a los yôkai. Esto provoca que sea rechazado por los demás al considerarlo un bicho raro, lo que además conlleva que su tutela vaya pasando de familiar en familiar. En la actualidad está bajo los cuidados del matrimonio Fujiwara, primos segundos de su padre, que viven en el pueblo natal de su difunta abuela Reiko Natsume, que pasó por los mismos problemas que su nieto, ya que poseía sus mismas habilidades.

Una de las pocas pertenencias que Natsume heredó es el Libro de los Amigos, en el que Reiko guardaba el nombre de los espíritus a los que derrotaba, lo que le daba completo control sobre ellos. Por ello, al confundirlo con su abuela cuando tenían la misma edad, los espíritus no hacen más que perseguirlo para que les devuelva sus nombres, aunque otros lo que buscan es apoderarse del mismo. Otros simplemente quieren comerse a Natsume por su gran poder espiritual. Sin embargo, los que quieran hacerle daño no lo tendrán fácil, ya que Natsume tiene un poderoso guardián que lo protege a cambio de que éste le dé el libro cuando muera.

El nombre de su protector es Madara y suele tener la apariencia de un gato de la fortuna, forma en la que los humanos pueden verlo, por lo que su protegido le acaba poniendo el mote de Nyanko-sensei. Aunque éste lo niegue, se preocupa por Natsume a pesar de estar en contra de su decisión de devolverle el nombre a todos aquellos que se lo pidan, algo que por otra parte le permite conocer cosas sobre su abuela. El problema, más allá de las constantes quejas de su maestro, es que en cierta parte aprende que algunos no deben recuperarlo.

Desde que vive con los Fujiwara, Natsume ha hecho amigos por primera vez en su vida, aunque, al igual que sus nuevos tutores, casi todos desconocen sus actividades y habilidades. Quienes lo saben todo son también especiales: Tanuma, hijo de un sacerdote budista, puede sentir a los espíritus y ver su sombra, mientras queTaki, descendiente de un Onmyōji, puede verlos utilizando círculos mágicos. Además descubrirá que existen otros con su misma habilidad, como por ejemplo Natori Shûichi, un famoso actor que tiene como segunda profesión el exorcismo y que tiene bajo su mando a tres espíritus. A pesar de que los demás se acercan cada vez más a él, Natsume continua manteniendo las distancias para no causarles problemas.

Los cuatro primeros episodios de la tercera temporada siguen la misma tónica que el resto de la serie, mostrando no sólo la soledad de Natsume, si no la de los yôkai, siendo el primer capítulo bastante tranquilo, mientras que el segundo tiene algo más de acción al aparecer un yôkai maligno. En el tercer y cuarto episodio nos adentramos un poco en los recuerdos de la infancia de Natsume, que se encontrará con un antiguo compañero de clase y con una yôkai que conoció un verano.

El equipo tras la serie ha sabido amoldarse a la historia que muestran, aunque su ritmo pueda pecar a veces de un poco de lento, llegando a aburrir al espectador. La banda sonora es preciosa y le queda como anillo al dedo. Los fondos destacan por su belleza y lucen especialmente porque muestran un entorno rural. La interpretación de los personajes es perfecta.

En resumen, que si no habéis visto las anteriores temporadas ya estáis tardando, y para los que ya llegaron a esta tercera sólo les diré que los lectores del manga comentan que se avecina una de las mejores partes.

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